Hay voces que
acarician, y voces que arañan; voces generosas y voces pancistas. Incluso hay voces mudas de estridencia insoportable ante
las que nos tapamos los oídos y cantamos en voz alta, igual que niños ahuyentando el miedo; igual que las avestruces, que
sepultan las orejas para salvarse.
Sin embargo, la voz
que araña hiere con su roce y escuece con los días. La voz que araña suena
aguda y agria. Quien la emite nos mancha la piel con su óxido de gritos, o nos destruye
sutilmente, poco a poco, con la lija
constante de sus mentiras. La voz que
araña viste muchos rostros, unos temibles y otros cordiales. El arañazo de
éstos últimos es ponzoñoso, de secuelas crónicas, incurables.
Para evitar
escuchar su sonido o en su defecto, prevenir las consecuencias de sus palabras,
existen algunos remedios. Uno de ellos es hacerse con una voz generosa y aumentar
su volumen hasta hacer enmudecer a la otra.
Sería algo así como una lucha de audiencias, en la que compiten por el mismo
público la franqueza y la patraña. Muchos apostarían por la última. Y que nadie
se extrañe. Es una campeona. Ha nacido para ganar. Viste mejor, huele mejor, se contonea mejor, y
su retórica es, a menudo, insuperable, porque prescinde del argumento y en
cuanto se la somete a examen, desenvaina sus garras, finge, engaña y hiere a
quien la ponga en evidencia.
A menudo, esta
voz, la voz que araña, se alía con la pancista. Ambas pueden llegar a formar un
equipo imbatible y si se lo proponen, si en su alianza intuyen buenas perspectivas de futuro, no dudarán en
hacerse oír hasta convertirse en hegemónicas, aunque para ello nos levanten a todos la
piel a tiras. Hay algunos buenos ejemplos de voces pancistas, también llamadas
oportunistas. Son voces biológicamente preparadas para el camuflaje, el disfraz
y el disimulo. Se las puede escuchar
refinadas, por momentos alambicadas, incluso a veces apasionadas, y en público
suenan igual que el run run sofisticado de un automóvil de lujo.
Pero hay a quien
este género de voz le parece curioso y
se empeña en estudiarlo de cerca, en la intimidad de sus madrigueras, donde sus
congéneres se presumen a salvo de taquígrafas y de la luz indiscreta. Esa labor
de campo, paciente y reservada, a veces obtiene sus frutos, y nos desvela la
verdadera naturaleza del sonido pancista: “Aquí estoy, tocándome los cojones,que para eso me hice diputado”; ¿a quién hay que chupársela? ¿A otro?, pues aotro. Vamos a por él,si siempre es lo mismo tío”; “por lo menos a alguien quepuedas chupársela que le conozcas...”
En otras
ocasiones, la voz pancista ha tomado su
forma escrita. Un buen ejemplo es el que regaló a los buscadores de voces el mismísimo presidente del gobierno,
una de las voces pancistas más reconocidas por los biólogos: “Luis, se fuerte”, le rogó la voz de Mariano Rajoy a otra eximia voz pancista.
Sin embargo, a pasar de que ya son
muchas las veces que se ha desvelado la intimidad de sus sonidos, no parecen
demasiado preocupados por las revelaciones constantes sobre su verdadera naturaleza. Su voz sigue
siendo firme, en apariencia convencida, en la forma poderosa, y como quiera que su alianza con las
voces que arañan es consistente y efectiva, prevén que nuevamente convencerán los
oídos de unos cinco o seis millones de personas. Estúpidos de voz estúpida que se tapan las orejas sólo cuando escuchan voces generosas.
7 comentarios:
Te aseguro que la voz es única, personal, intransferible (como las huellas dicen los del cesei). Naces con un timbre, un tono, una potencia, y en fin... todas esas cualidades que la hacen propia de cada uno de nosotros. Algunas por todo eso que te dan los genes son capaces de emocionar (al cantar, me refiero) porque además de todos esos atributos tienen "color","calidez"... bueno no se... Además, la voz, se puede "educar", dicen, sobre todo, insisto al cantar... (ya dirás, qué pesada con el canto, pues sí hijo, es que estos últimos años le doy a esa historia,y te juro que es la actividad que más me mola... eso de que "quien canta su mal espanta" es verdad, creeme...). Otras voces son "perse", desagradables, y aunque no es racional, ya sin más que las oyes desconfías de lo que digan... no se por qué... Da igual. En general estamos sordos. Besos y buen verano querido hablador.
Belén, tu comentario me ha pillado arreglando el segundo párrafo. No acababa de convencerme. Ahora me gusta más.
Y sí, creo que es así, que cada voz es como una huella digital y quizá, lo mejor, es utilizarla positivamente.
Hay otros aspectos de la voz- más amables- que merecerían más espacio. Quizá más adelante me ocupe, pero es que me ha sido imposible sustraerme a la mezquindad y vulgaridad de los púnicos, y a la estupidez de media España, que a pesar de todo...
En fin, debería aprender a contenerme y a ocuparme de otros asuntos, pero ya sabes, la cabra tira al monte.
Buen verano también para ti y para toda tu familia Belén
¡Salud!
Lírico, muy lírico..... Yo, humildemente, sigo a Machado cuando dice: "a distinguir me paro las voces de los ecos..." Y créeme que no es tarea fácil. Entre las estridencias, las vulgaridades y los cantos de sirena yo voy un tanto despistad. Pero bueno, seremos fuertes.
Un abrazo compañero de marasmo. ( jajajaja)
La voz de Machado siempre es buena guía.
Y seamos fuertes, sí.
Me gusta mucho tu alias.
Salud!
La voz del pueblo , esa es la voz de la verdad. Un abrazo.
Nadie puede tener éxito por sí solo. El éxito siempre ha sido construido y logrado a través de los esfuerzos conjuntos de al menos dos personas. La habilidad más importante para lograr el éxito en cualquier esfuerzo es la capacidad de ser querido y de confianza por ambos. Así que lo convierten en un proyecto serio para hacerse persona agradable ... y creído.
La voz que araña siempre deja cicatriz. Más o menos profunda. De su marca puede salir veneno ponzoñoso o simiente fructífera.
Un beso, Ester
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