Y dale que dale
con el martillo pilón
Dale a la cabeza una y otra vez, sin parar, hasta aplastarla
Y dale que dale con el martillo pilón
Un día, y otro día, mañana tarde y noche
Dale que dale con el martillo pilón
Dale a la cabeza una y otra vez, sin parar, hasta aplastarla
Y dale que dale con el martillo pilón
Un día, y otro día, mañana tarde y noche
Dale que dale con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento de
banderas, y de patrias, y de donde he nacido, de dónde he venido y de quién me
parió. De la sangre, la raza, los linajes,
y de nuevo las banderas, la cuna o la genética y del tiempo que se
marchó
Y dale que dale
con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento, de
idiomas, con quién hablo, dónde hablo lo que hablo, qué hablo, de qué hablo,
por qué hablo lo que hablo
Y dale que dale
con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento de
historia, desde qué punto de la historia, la historia que me conviene, la que
te conviene, la historia que no está escrita, la que queremos escribir,
leyendas, fábulas y mitos
Y dale que dale
con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento de
reyes, de reyes en guerra, y convirtamos
al rey vencido en un republicano por la
gracia de dios
Y dale que dale con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento de la libertad de los pueblos. Siempre en la boca la libertad
de los pueblos. Pues ¡ea!, vamos a ello ¿De
qué lado estaremos? ¿Palestina o Israel ? ¿Marruecos o el Sahara? ¿Y hoy, de qué lado estáis? ¿Cuba o USA?
Y dale que dale con el martillo pilón
Y dale que dale con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento, de decidir lo que quiero decidir, del derecho copulativo a decidir si quiero o no quiero ser, a decidir dónde quiero estar; decidir lo que soy o de dónde soy, pero lo que quiero, lo que anhelo, lo que necesito, mis derechos transitivos... ¡ay! esos no me los dejan decidir
Y dale que dale
con el martillo pilón
Hablemos a todas horas, en todo momento, también
del pueblo. En la boca siempre el pueblo. El pueblo convertido en bandera. El
pueblo es un idioma, una geografía, una cifra. El pueblo estúpido porque al pueblo se le nombra cuando yo quiero que se le nombre.
El pueblo existe cuando yo lo ordeno. El
pueblo no sufre, el pueblo no muere, el pueblo vota cuando yo digo que vote por aquello que
yo quiero que vote. Al pueblo me lo paso por los huevos cuando es el pueblo -y
no yo- quien dice ¡nosotros somos el pueblo.!
Y dale que dale
con el martillo pilón
Dale a la cabeza una y otra vez, sin parar, hasta aplastarla
Y dale que dale con el martillo pilón.
Un día, y otro día, mañana tarde y noche
Dale que dale con el martillo pilón
Y dale que dale con el martillo pilón.
Un día, y otro día, mañana tarde y noche
Dale que dale con el martillo pilón
(¡Cuándo callarán
los golpes de este insoportable martillo
pilón!)