domingo, 15 de marzo de 2015

Marta Ferrusola y "Las flores del mal"


Los versos que he utilizado para escribir esta entrada son del libro  "42 flores del mal", obra del conocido poeta francés Charles Baudelaire, en la edición de la editorial Mondadori. La traducción de esta edición es de Antonio Martínez Sarrión.

 ¡Ah! ¡Qué gran momento hubiese vivido  la Historia de este país si de repente, durante la comparecencia de Marta Ferrusola en la comisión de investigación que intentó averiguar algo sobre los delitos cometidos por ella y  su familia, alguno de los portavoces parlamentarios se hubiese levantado y hubiese declamado, mano al pecho y mirada en blanco!:
¡Máquina ciega y sorda, fecunda de crueldades,
Saludable instrumento, bebedora de sangre!
¿Cómo no te avergüenzas? ¿Todavía no viste
En todos los espejos decrecer tus encantos?
La enormidad del mal en que te crees tan sabia,
¿No te hizo jamás retroceder de espanto
Cuando Naturaleza, como ocultos designios,
De ti puede servirse ¡oh reina del pecado!
-De ti, vil animal-para engendrar un genio?
¡Oh fangosa grandeza!¡Oh Sublime ignominia!"


Yo me hubiese muerto del gusto. Ver y escuchar  a un parlamentario recitando versos de “La cabellera”, uno de los poemas de Charles Baudelaire que compone  Las flores del Mal”, no tendría precio. Lo daría todo. Renunciaría a mi tarjeta de la seguridad social: así, como lo digo. Recitar nada más y nada menos que  ¡”La Flores del mal”! para fiscalizar y sacarle las vergüenzas  a la florista mayor del reino, quien perfumó y llenó de colorido todo evento y espacio oficial en Cataluña, previa facturación, con la que  Doña Ferrusola no hacía más que redondear la fortuna atesorada, fruto de otros negocios oscuros  (mucho más rentables que las flores)  durante casi tres décadas en  el país-empresa que fundó junto a su Don.

Puestos a elucubrar y prostituir a  Baudelaire  en aras de la verdad revelada, me la imagino respondiendo muy resuelta, muy digna, con ese tono halitósico  de monja alférez, harta de ajos tiernos,  amamantada  entre bolas de naftalina, declamando altiva, para su defensa,  un verso de “El balcón“ de la misma obra:

Soy el Ángel guardián, la Musa y la Madonna”.

Con el fin de apaciguar a sus ilustres señorías -que así se llaman entre ellos -y reconducir el debate hacia las formas, la buena educación y el tono que caracteriza la ejemplar política catalana, la portavoz de CiU, Meritxell Borràs, gritaría, muy musicalmente, tal y como se merecen las palabras del poeta maldito, en un ataque de sinceridad  digna de una portada en La vanguardia, el verso de “El vino de los traperos”:


"Estamos aquí “para ahogar el rencor y acunar la indolencia."
A lo cual, el ínclito David (Fernández), el que camina con sandalias literalmente  de  la mano del presidente Mas, respondería desde su digna presidencia, siguiendo el mismo poema con el siguiente verso, es decir, siguiendo los pasos de CiU.
De esos malditos viejos que mueren en silencio
Dios, de remordimiento preso, fabricó un sueño
En este rifirrafe educado y rebosante de seny,  Meritxell Borràs pediría un turno de réplica para cantar el alejandrino de “La voz”:
Y los hechos, a veces, se me antojan patrañas”.
Pero, ¡ay!, nada de esto ocurrió, ni obviamente  va ocurrir. Y si hubiese ocurrido, probablemente  el amantísimo esposo de Doña Marta,  ese gran impostor, innovador del hampa, reyezuelo bananero del parné, al verla por televisión musitaría  en su honor estos tres versos de “La Beatriz”, penúltimo de los poemas del libro de Baudelaire:
A la reina de mi alma de mirada sin par,
que con ellos reía de mi sombría aflicción,
Haciéndoles, de paso, una obscena caricia
A todo esto, Marta  seguiría impávida sentada en su silla del Parlamento, con la arrogancia, la desfachatez, la  actitud y el porte de quien se sabe impune. Y mientras los representantes del pueblo contarían versos con los dedos para poder reprocharse entre ellos sinalefas, asonancias y otras controversias poéticas, ella rumiaría para sus adentros,  en silencio, tres versos más de “La Belleza”:
Los poetas, delante de mis gestos altivos
que parecen copiados de antiguos monumentos
Consumirán sus días en árida labor
Y entonces, aprovechando el paréntesis establecido para poder  acordar  algunas cuestiones de orden en las que suelen  enzarzarse los diputados, nuestra madre, Marta, la florista, la madre de todos los catalanes,  le dedicaría alguno de sus pensamientos poéticos a su hombre, recordando “Bendición”:
¡Ah, que no haya parido un nido de reptiles
Antes de alimentar esta cosa irrisoria!
Puesto que me elegiste entre todas las hembras
Para ser la desdicha de mi triste marido,
Y no podría ahora arrojar a las llamas,
como carta de amor, este pequeño monstruo
Buscan a alguien que quiera causarle algún dolor
Y hacen en él ensayos de su temple feroz
Y así, pasarían  los minutos en  esta singular comparecencia, que por supuesto propiciaría una de las audiencias más multitudinarias de la historia de la televisión nacional de Catalunya, hasta que le llegase  el turno a Joan Mena, representante de IC-EUA, excepcionalmente enfebrecido, quizá  a causa de tanto malditismo; quizá debido a esa fascinación que siempre ha ejercido entre la izquierda el opio, la bohemia y la absenta.
Mena, cual vate contemporáneo, se levantaría de su escaño y bramaría frente a la Ferrusola  el Himno a la Belleza” en  el pico más alto del share televisivo, ese momento excelso  que  los técnicos llaman el minuto de oro:
"Tu mirada infernal y divina
Confusamente vierte crimen y beneficio

¿Del negro abismo emerges o bajas de los astros?
Como un perro, el Destino sigue ciego a tu falda,
Al azar vas sembrando el luto y la alegría
Y todo lo gobiernas sin responder de nada
El Horror, de tus joyas no es la menos hermosa
Y el Crimen, entre todas tus costosas preseas
Danza amorosamente sobre el vientre triunfal


Artur Mas aquel día no estaba en El Parlamento. Estaba viendo el debate en soledad, o quizá acompañado de su inefable escudero Homs. Ambos a dos, en dúo irrepetible, cuando ya la constancia de las fechorías era clara y diáfana -porque mamá ya no sabía por dónde escapar  y el honor, el legado y la obra papá había quedado a los pies de los caballos- entonarían al unísono, arrodillados, embargados de una gran nostalgia, estos versos inolvidables de "Elevación",  como si de una oración  se tratase:

Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras
Levantan hacia el cielo matutino su vuelo
-¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
la lengua de las flores y de las cosas mudas!"


Quienes también  seguirían con gran interés la comparecencia por televisión de su administradora general serían las cien familias, los cien apellidos catalanes,  o lo que es lo mismo, el consejo de administración de Cataluña-Pujol-Ferrusola S.L., excelentes clientes de los más exóticos paraísos fiscales.   Muchos de ellos, notoriamente cultivados, amantes de la lírica y de las veladas del Liceo, se arrancarían con “Invitación al viaje” desde sus sillones repujados:


Muebles relucientes
Pulidos por años
Decorarán nuestro cuarto;
Las más raras flores
[…]
Los hondos espejos,
El oriental esplendor,
Todo allí hablará
Su dulce lengua natal”

Todo es allá lujo y calma
Orden, deleite y belleza"
Mientras tanto, Josep Enric Millo del PP y José Mª Espejo de Ciutadans no harían más que memorizar en sus escaños, muy aplicados,  los versos de “La Carroña”. Pero por mucho que repitiesen y repitiesen sus estrofas no hallarían la manera de hincarle el diente al poema.
Por su parte, Oriol Amorós de ERC se hallaría un tanto desorientado, porque aunque se moríría de ganas por levantarse y recitar de cabo a rabo “El albatros”, finalmente no se  decidiría a hacerlo, no fuese que  en un futuro, por mor de una mala interpretación, se le achacase la responsabilidad de una ruptura que llevaría al traste el proceso nacional.
Así, entre poema y poema, verso a verso, golpe a golpe, transcurriría  tan singular sesión, dentro y fuera del Parlamento de Cataluña.
David Fernández, insospechado presidente, tendría a bien poner el broche de oro. Para  finalizar se serviría del hermoso  Canto de otoño

Pronto nos hundiremos en las frías tinieblas


Y yo, que no me perdería ripio, recitaría  "Al lector" para, al menos, expresar mi lamento estéril de ciudadano estafado:

"Tercos en los pecados, laxos en los propósitos,
Con creces nos hacemos pagar lo confesado
Y tornamos alegres al lodoso camino
Creyendo, en viles lágrimas, enjugar nuestras faltas
"


14 comentarios:

Poeta per un dia dijo...

Simplemente genial! Lástima que la sentencia no siga las declamaciones de otro de los grandes poetas endemoniados de esa época: Arthur Rimbaud, "Una temporada en el infierno".

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

No estaría nada mal, no. Sería el final justo para tanto chorizo/a
¡salud!

Roy dijo...

Brutal! Redondo! Unes Baudelaire y tu ingenio y el resultado es este trágico-cómico relato fascinante. Trágico porque parece que el poeta ha resucitado y ha escrito para nosotros horrorizado por lo que ha visto. Cómico a reventar si no fuese trágico. Por ver una sesión parlamentaria así, yo también seria capaz de darlo casi todo. Todo, lo que se dice todo, lo daria si además el castigo en las urnas fuese proporcional al delito(s). Mucho me temo que "ná de ná". El President ha sido muy hábil fijando la fecha de las elecciones para después de la diada del 11 de Septiembre. No, si tontos,tontos, ellos no son. Los que sí superamos con nuestra machacona estulticia la frontera de lo decente, somos nosotros.
Salud

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Estoy contigo Roy, "na de na"
Además han sido muy cuidadosos en enfriar el fuego independentista para no mezclar el temita con la comisión. En unos meses, a medida que se acerque la fecha electoral, volverán a la carga, y las masas vocearán de nuevo, silábicamente, lo que les dicta CiU y su red de intereses, para vergüenza de todos aquellos que decían que el movimiento nacía y se cocía en las bases.
¡Salud!

HOSTAL MI LOLI dijo...

Vaya mezcla tan acertada de poesía y política. Un abrazo.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Abrazos, Loli
Muchas gracias por tu constancia, de verdad.

HOSTAL MI LOLI dijo...

De nada, yo soy fiel a mis demonios jajaja

Carlos dijo...

Una auténtica genialidad hablador. Menos mal que tú sí que acudiste, pluma en mano, para relatarnos esa comparecencia.
Un abrazo.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Jajaja
Sí, allí estaba, como digo, sin perder ripio
Gracias Carlos!!
¡Salud!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Por cierto
¡¡Celebro tu reentré! Volveré a disfrutar de tus entradas. Se te echaba de menos

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Vaya!! Ahora me doy cuenta de que tu entrada es del año pasado. ¡Carlos, vuelve a escribir en el blog, hombre! ;)

ESTER dijo...

Es una entrada tan perfecta y redonda que me has dejado sin palabras, si algún día las tuve en este tema.
Solo puedo decir que me dan lástima, por su pobreza de espíritu. Aunque estén forrados...
No les envidio...

Besos, Ester

Anónimo dijo...

Buenísimo

Javier

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

¡Muchas gracias, Javier!
¡Salud!