Puertas que se
abren, puertas que se cierran, puertas entornadas, puertas que
chirrían, puertas que rayan el suelo, puertas atrancadas.
Puertas derrumbadas y
vencidas, exiliadas para siempre del
dintel y de las jambas que las acogió.
Puertas correderas, puertas dobles, de salón noble; puertas pequeñoburguesas.
Puertas partidas en dos, como las de los pueblos; batipuertas de Candelario;
puertas con gatera, puertas con gatera obstruida, puertas blindadas, puertas
giratorias, puertas automáticas, puertas oscilobatientes.
Puertas de socorro y puertas
de emergencia, que no son lo mismo.
Puertas del campo y puertas del mar.
Puertas del campo y puertas del mar.
Puertas del perdón, puertas del infierno, puertas de achique, puertas discrecionales, puertas de confesionario,
puertas principales, puertas traseras, puertas de servicio, puertas forzadas,
puertas reventadas, puertas tapiadas,
puertas enrejadas, puertas vigiladas, puertas con cortina, puertas francas,
puertas secretas, puertas hacia el
éxito, puertas prohibidas, puertas trampa, puertas de la gloria, puertas del
triunfo, puertas con aldaba, puertas con
y sin mirilla, puertas del tiempo, puertas abandonadas.
Puertas olvidadas. Puertas sin trabajo, sin casa, sin habitación, ni espacio o lugar al que puedan dar acceso.
Puertas mal pagadas. Puertas sindicadas. Puertas que no son puertas, pero que ejercen de puertas porque también hay intrusismo laboral entre las puertas.
Puertas que iluminan los insomnios y las esperas de estancias adyacentes, deslizando un hilo de luz a través de la delgada linea horizontal que las separa del suelo, o de la tierra
Y la puerta de mi casa…
Voy a escribir
sobre las puertas
1 comentario:
La mía es cálida...
Ester
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