Son las 12,45h.
Escribo directamente sobre el editor. Hace más de tres de semanas que no
actualizo el blog. La razón es una mudanza, o lo que es lo mismo, el traslado
de toda la vida que albergó un espacio
físico determinado a otro lugar diferente, dispuesto para acoger los próximos años de
nuestra existencia.
Los objetos y los recuerdos que acumulamos durante décadas
han viajado envueltos en mantas grises, dentro de cajas de cartón, encajados en
baúles de plástico transparente, revueltos
en bolsas de la compra, y reposan ahora
apilados en las habitaciones nuevas como islotes efímeros de desmantelamiento inminente porque, más pronto que tarde, lo que contienen configurará
un nuevo paisaje doméstico, ávido de tiempo y de vida, deseoso de
todo aquello que finalmente pueda engendrar o reproducir la huella que imprimimos en aquel otro lugar; ahora una pared vacía, la
sombra de un cuadro, una silla olvidada, el teléfono sobre el suelo sin barrer junto
al gancho metálico que hasta hace unos pocos días sostenía una cortina, y un papel arrugado tras la puerta que quizá quiera expresar un adiós arrepentido
o testimoniar con unas pocas palabras nuestro paso por la vida.
Pronto, muy
pronto, aquí, tú yo volveremos a ser felices.
8 comentarios:
lo corto y bueno doblemente bueno. v
¡¡abrazos!!
Qué bonito!
Qué bonito!
¡Abrazos, Manu !
Como alguien dijo: "El recuerdo es el perfume del alma".
A saborear los nuevos aromas...
Un beso, Ester
Lo material poco importa, al final son eso, islotes efímeros, cachitos de memoria. El hogar se construye con sentimientos. :)
Ester y Babe, abrazos a las dos
Publicar un comentario