Nadie suele reparar en el terrazo que pisa. Nadie fija la atención en las piedras de las paredes, o en las taras que el tiempo graba sobre el falso tabique. A poco que uno observe con cierto interés, distingue ojos, narices y bocas; rostros y muecas. Yo no les temo; no dicen nada; solamente están ahí, como tú y como yo.
lunes, 8 de febrero de 2016
Los espejos de Bélmez
Nadie suele reparar en el terrazo que pisa. Nadie fija la atención en las piedras de las paredes, o en las taras que el tiempo graba sobre el falso tabique. A poco que uno observe con cierto interés, distingue ojos, narices y bocas; rostros y muecas. Yo no les temo; no dicen nada; solamente están ahí, como tú y como yo.
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2 comentarios:
El anonimato de un rostro es lo que le confiere fuerza.
Ester
Miedo, incertidumbre, inquietud, una pizca de misterio si la máscara es algo diferente a los rasgos humanos y, sobre todo, un profundo desasosiego por no saber si el anónimo en realidad es uno mismo
¡Salud!
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