martes, 17 de julio de 2007

Identidad

El otro día robaron mi identidad. Alguien la estará usando con fines todavía por averiguar. Alguien a quien quizá conozco, o quizá no, se pasea por este mundo virtual, que es el que cuenta, con mi IP. ¡Qué desvergüenza, andar por ahí con la IP de uno, como si tal cosa! Pero ahora que lo pienso, hasta me hace ilusión. Ya soy tres, uno y trino, como el gran misterio: el muerto, el resucitado y el que anda por ahí apropiándose de mis unos y de mis ceros. Los dos primeros me gustan, como buen romántico que soy. Soy yo mismo, con un disparo en la sien y este otro que escribe por exisitir, sólo por existir, y por encontrar de nuevo a Dolores. El tercero, el ladrón de mi IP, ahora mismo debe estar dormiendo la borrachera de ayer, ahogando sus fracasos en vómito, vendiendo acciones de endesa, tomando el sol en la playa, besando a su amada en los labios, descargando peliculas porno, jugando a cartas con su abuelo, robando un banco, escribiendo la obra maestra de este siglo tan jovencito, tan infantil, tan en pañales, que todo lo está cagando, muriédose de una sobredosis de cristal, levantándose de la cama, escribiendo un programa electoral, planeando un atentado, esperando que alguien cometa un atentado, deteniendo a alguien que planea cometer un atentado, visitando a un preso, masturbando a su novio, masturbándose él, o ella, por tercera vez antes de comer, intentando robar otra IP y hacer que alguien como yo tenga su identidad por ahí, tan ricamente, de paseo, a la vista de cualquier desalmado que pueda hacerla entrar en crisis.

Vuelvo mañana

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