jueves, 5 de julio de 2007
El buen sevillano
Un grupo de irreductibles clama ayuda a la ciudadanía sevillana para recuperar a Santa Rufina, pintura obra del hijo más universal que vio la luz en la capital andaluza,Velázquez, (por poco tiempo, porque José Mª del Nido viene pisándole los talones) y que salió días atrás, a subasta, en Londres.
Parece ser que Sevilla tan solo dispone, en su Museo de Bellas Artes, de dos cuadros del gran artista, uno de ellos menor y el otro en pésimo estado de conservación. Y resulta que como la Santa en cuestión es una de las patronas de la ciudad, pues qué mejor ocasión, qué mejor momento, qué mejor escusa para pedir la colaboración de la gente de a pie en una cuestación popular de modo que la ciudad costee la astronómica cifra por la que está valorado el cuadro para que , así, la Rufina (Santa) sea colgada de una de las paredes del Museo de la ciudad de la que es patrona.
Uno de los responsables de la iniciativa intervenía ayer mismo en televisión esgrimiendo el argumento siguiente: independientemente de que a la gente le guste o no el arte, admire o no a Velázquez, esté o no interesado por la cultura, de lo que se trata es de ejercer de buen sevillano y hacer que nuestra santa patrona, pintada por nuestro hijo predilecto, cuelgue de nuestro museo.
Es decir, será buen sevillano quien se rasque el bolsillo para y por Santa Rufina ; será mal sevillano quien prefiera gastarse el dinero en un disco, una novela o en un viaje a Madrid para visitar, en el Museo del Prado lo mejor de este pintor sevillano. De lo que se trata, creo, y en definitiva, es de ejercer de pequeño nacionalista, sevillano profesional, andaluz, creyente y devoto de la santa, socio del Betis o del Sevilla FC y ser gracioso de por vida. ¿Qué hubiese pasado si el cuadro que salió a subasta tuviese un motivo pagano o sin relación alguna con la ciudad? Pues que los sevillanos, que salieron a la calle en manifestación multitudinaria hace unos años porque uno de sus equipos de fútbol descendía a segunda división, los sevillanos digo, se hubiesen desayunado tan ricamente, sin pensar un solo día de su existencia, como viene ocurriendo desde que Velázquez murió, en que el pintor nació en su ciudad y en que , ¡qué desgracia!, solo tenemos dos cuadros suyos.
Si finalmente Rufina (santa) se exhibe en el museo, auguro una nueva batalla: la del arzobispado sevillano contra al mismo Ayuntamiento para llevársela a la Catedral. !Faltaría más!
Vuelvo mañana
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