viernes, 4 de mayo de 2007

Tu sombrero II


Queda el negativo, lo que hay detrás de lo que vemos, lo que se esconde, lo que nos birla la realidad y la apariencia. Ese negativo es una sutil paradoja, porque el cliché es lo que finalmente vemos y las sombras en blanco y negro, traspuestas e invertidas, las perdemos para siempre.

Como ocurre con las sombras chinescas, que nos muestran la silueta de algo que nosotros pintamos, vestimos e imaginamos. Son madera cortada tras la sábana blanca; la luz embustera las convierte en drama, comedia, tragedia, llanto, amor, dolor o risa.

Alguien mueve los vectores de alambre y tu y yo recreamos la historia que nos ofrece la sombra de la verdad. Pero, finalmente, ¿qué es la verdad?, ¿el perfil serrado con maestría, o el recorrido de la línea que contiene a la sombra?.


Así te escondes, así nos muestras cómo somos, cómo es el mundo que habitamos. La memoria immediata y el azar dentro de la caverna. Yo he dormido en ella durante siglos.


Vuelvo mañana

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