En diciembre de
1891 Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista
Obrero Español. Apenas 12 años antes, el canadiense James Naismith había inventado el baloncesto en una escuela cristiana de los Estados Unidos de
América.
En España, el
mérito a la importación de este deporte se le atribuyó siempre al padre Millán,
un escolapio soriano que impartió clases en Barcelona y que en 1922 organizó el
que hasta no hace mucho se consideraba el primer partido disputado en nuestro
país.
Sin embargo, a la luz de unos documentos hallados hace unos
años por el historiador Josep Ainaud en
el Arxiu Tobella de la ciudad de Terrassa, fue el pedagogo catalán Eladi Homs quien en el
año 1910 llegó a España con el novísimo
juego en su cartera de nuevas metodologías aprendidas en América.
Dos años después,
Homs organizó el primer partido de Baloncesto que se disputó en nuestro país, más
concretamente en la Escuela Vallparadís de Terrassa. Ese mismo año (1912) el PSOE celebró su IX congreso, en el que ya se
puso en evidencia la tónica general de su historia, porque fue el primer congreso en el que se evidenciaron diferencias muy enconadas entre dos sectores
del partido; entre los afines al
obrerista Largo Caballero, y los seguidores
de Indalecio Prieto, quienes defendían un pacto con la derecha
reformista de Melquiades Álvarez.
Todo esto me
sirve para afirmar sin ningún rubor, y en pleno uso de mis facultades mentales,
que la historia del baloncesto ha estado
íntimamente ligada a la historia del PSOE;
algo que, a la vista del resultado de lo acontecido estos últimos
días, parecen haber ignorado los militantes del sector
Sanchista. Y más teniendo en cuenta que el ya extinto secretario general del
PSOE fue alero en el Estudiantes; mucho mejor jugador, por cierto, que el anterior líder del PSOE, José Luis
Rodríguez Zapatero, a quien también le apasionaba este deporte -aunque me da la sensación que lo practicó poco, o nada. En alguna ocasión llego a
confesar que jugó de defensa (¡!) .
Si Pedro Sánchez
y su séquito hubiesen tenido en cuenta mínimamente su experiencia baloncestística, habrían planteado, sin duda, una defensa individual en toda la pista, presionando
constantemente el contrario. Porque, seamos sinceros, el equipo de Sánchez no
contaba con los jugadores de más altura, pero sí los más jóvenes, y por lo
tanto, con mucha más resistencia física que sus oponentes, quienes aprovecharon su gran experiencia en este tipo de competiciones.
Por eso, la
defensa zonal clásica planteada por Sánchez de 2-1-2
no le ha dado resultados. De hecho, ha resultado ser un coladero. El
contrario contaba con tiradores exteriores mortales, de muñeca flexible y
mecánica infalible, que le han confeccionado a
Sánchez un traje a medida, principalmente en el último cuarto.
Pero, ante todo,
los adversarios de Pedro contaban con Felipe González, un pívot veterano de la escuela Dino Meneghin. Dentro de la pintura González es el puto amo; mueve los codos como nadie, juega de espaldas como si tuviese un tercer ojo en
la nuca y gana siempre la posición de rebote, porque sabe utilizar el culo como arma de contención.
González ha
estado mucho tiempo en el dique seco, aburriéndose en otros equipos de las ligas
comerciales y venezolana, donde ha aprendido tácticas y fundamentos poco
ortodoxos. Sin embargo, en cuanto le han necesitado, no le ha costado mucho
ponerse en forma y fajarse como en los viejos tiempos de la OTAN de entrada No
o de la reconversión industrial.
El equipo de
González también defendió zona, y a
pesar de que su equipo estaba compuesto por los barones, un poco fofos y ya pasados de kilos, contaba con algún elemento de gran rapidez. Quizá por ese motivo arriesgó con un audaz 1-3-1.
Esta estrategia defensiva, si se practica bien, es letal, porque encierra al
posible tirador en una trampa de la que es difícil salir. Los de González la
bordaron. Su base (Susana, la Sultana) salió desde el minuto 1 muy motivada, y mantuvo la tensión de su equipo durante
todo el encuentro. Iba a por todas. Todo el público pudo ver como antes de que
ningún tirador de Sánchez pudiese lanzar desde los aleros, ella ya estaba allí
para cerrar cualquier posibilidad de movimiento. Por eso se hartó de robar
balones.
Y es que Sánchez
y los suyos se han visto sorprendidos por Susana, la Sultana, una ambiciosa base de la cantera andaluza a la que habían
menospreciado, pero que ha resultado ser una estupenda
repartidora de juego, diseñando cada jugada minuciosamente desde el primer
pase, driblando con gran habilidad tanto con la derecha como con la izquierda,
y haciendo gala de unos fundamentos que ya los quisieran otros para sí. Hay
quien ya ha pronosticado un futuro repleto
de poder para esta jugadora.
Pero si de algo ha pecado Sánchez en esta final tan desigual ha sido no respetar algunas
cuestiones básicas en este deporte que se enseñan ya en las categorías
infantiles.
Por ejemplo, la línea de fondo es sagrada. La línea de fondo hay
que blindarla. Por la línea de fondo no pasa ni Dios, y para eso es necesario colocar en esa posición a jugadores de
gran potencia en las piernas, dispuestos a encajar el golpe de los hombros del
contrario y resistentes al salto en la primera finta de tiro. La línea de
fondo de Sánchez parecía las Ramblas.
Cuando un jugador
entra a canasta por la derecha, el último paso de batida debe de darse con la
pierna izquierda y el lanzamiento debe realizarse con la mano derecha. A la
inversa si la entrada se realiza por la izquierda. En este caso la pierna
derecha será la última en batirse y habrá que utilizar la mano izquierda en el lanzamiento. Es decir,
que hay que saber muy bien donde tiene uno
la derecha y la izquierda antes de lanzar el balón a canasta. Solamente los jugadores tocados con la mano divina, con eso que se llama
carisma, son capaces de subvertir ese orden.
Otra regla de
oro: mientras dribles no mires el balón. Miras a quien te defiende
protegiendo el balón; miras la colocación de tus compañeros; vigilas los
movimientos del enemigo; incluso puedes llegar a mirar al público, como los
toreros muy castizos, seguros de sí mismos. Porque si miras el balón, no sabes
dónde estás y entonces pierdes oportunidades, pierdes la noción de contexto y
cuando te quieres dar cuenta te han
robado la cartera, o el balón, y tienes
que volver a defender.
Los de Sánchez
cometieron otros tantos errores de bulto. No defendieron la primera línea de
pase, no trabajaron las ayudas, perdieron constantemente la posición en el
rebote -sobre todo el defensivo- y se estrellaron contra la defensa porque no
supieron sacarle partido al juego individual. Cuando vienen mal dadas y un
equipo se estrella una y otra vez contra la defensa rival, lo mejor es acudir al clásico pick and roll (bloquear
y seguir) pero ni los jugadores con que contaba Sánchez tenían suficiente cuerpo
como para hacer bloqueos, ni estaban muy
seguros de querer seguir.
Sin embargo, a
pesar de que todo esto es cierto, hay una última cuestión que es clave, y que tiene que ver con el
planteamiento de la temporada. Durante estos últimos meses de competición,
Sánchez ha medido mal a sus adversarios y se ha equivocado de estrategia a la
hora de prever los cruces. Porque si a principios de temporada Sánchez hubiese
propiciado un empate a los puntos con el equipo capitaneado por
Pablo Iglesias (el contemporáneo), probablemente no hubiese tenido que
enfrentarse a lo mejorcito de la NBA, o del IBEX 35, y ahora sería él
presidente del Gobierno de España.
La cosa es que el
partido ha finalizado, y que hay un claro ganador, el PP de Mariano Rajoy, un tipo al que le gustan los puros, el ciclismo, andar deprisa y leer el Marca,
aunque lo más redondo que ha visto en su
vida sea un melón.
Hay quien dice que ha habido maletines, primas a terceros, y
rumores por el estilo que no hacen más que
ensuciar la historia del PSOE y de este deporte. No les crean, es que el baloncesto es asín. Gracias
a este último encuentro, queda probado
que si permaneces quieto, igual que si
fueses la mismísima canasta, tienes muchas probabilidades de ganar. Al fin y al
cabo sin canasta no hay juego, y no podemos olvidar que es el lugar donde se suman los puntos.
9 comentarios:
Aunque no esté al cien por cien de acuerdo, genial. ¿Y por qué no sale este artículo en "los papeles"? Seguro que daría juego.
Todo esto me sirve para afirmar sin ningún rubor, y en pleno uso de mis facultades mentales...
Que:
¡¡¡Qué bueno!!!
He echado de menos a "La Demencia" :)
¡Hola Juan!
jajaja, está bien eso de que daría juego... en esta entrada, precisamente.
¡Gracias por pasar !
Hola Marian
La Demencia, sí, ese estado de lo político-social contemporáneo, que poco tiene que ver con la estupenda afición con que cuenta Estudiantes.
¡Gracias, Marian!
Salud!
PD: voy a ver ahora mismo la entrevista que le hace Pablo Iglesias a Pepu Hernández en "Otra vuelta de Tuerka"
Con la distancia que otorga la objetividad y el desencuentro entre este partido y mi ideología, apuntar que creo ver a un partido político con solera e historia que no sabe vivir ni desenvolverse en el s.XXI; cuenta con unos llamados "barones" que son dinosaurios de Jurassic Park, que asustan cuando gimen, que sacan el hocico y que expulsan a los bebés de su familia.
Una pena.
Besos, Ester
¡Ay, el siglo XXI ! ¡qué difícil nos lo está poniendo a todos !
Como decía Silvio Rodríguez
La era está pariendo un corazón,
no puede más, se muere de dolor
y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir
en cualquier selva del mundo,
en cualquier calle.
Debo dejar la casa y el sillón,
la madre vive hasta que muere el sol,
y hay que quemar el cielo
si es preciso, por vivir.
Por cualquier hombre del mundo,
por cualquier casa.
¡Salud !
Ahora ya no se echa de menos:) El estado político-social contemporáneo, si lo comparamos con los que ha habido en los miles y miles de años que llevamos multiplicándonos por el mundo, no es de los peores. ¿Pero qué estoy diciendo?
Visto así, consuela.
La verdad es que es cierto. Acostumbramos a creer que cualquier tiempo pasado fue mejor, y probablemente no sea así. Pero es innegable que el estado actual de las cosas es desalentador. La mediocridad se ha hecho fuerte (se ha empoderado, como se dice ahora); la inteligencia está mal vista ( ahí tienes a Trump, posible nuevo presidente del país más podereso del mundo, el país que hizo la primera revolución; y hace algunos años Berlusconi; aquí, qué te voy a contar. Una serie de valores que se abrieron camino con mucho dolor y sacrificios, y que creíamos universales, se han venido abajo. ¿cómo recuperarlo?
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