Ya no soy yo,
uno, indivisible, singular, con mis huellas dactilares, el mapa de mi retina, el
timbre de mi voz, mi alma mortal.
Ya, finalmente, todos
somos uno, bien empaquetados, menudillos
envueltos en papel de estraza, formando una
masa informe moldeada a su antojo que ahora sangra.
Unos forman el pueblo de Cataluña, otros la comunidad de los
traidores.
Dos inmensas alforjas balanceándose sobre el lomo de un gran borrico.
Tiempos de
sinécdoque.
Hoy 300 bomberos son
Los Bomberos
Hoy 50 tractores son Los Agricultores
Hoy 200 estudiantes son Los Estudiantes
Hoy 500 maestros son La Comunidad Educativa
Hoy 15 colegios son Los Colegios
Hoy 2 millones de personas votando son Los Catalanes
Hoy 2 partidos políticos son Los Catalanes
Hoy 4 millones de abstenciones son Los Traidores
Hoy 5 partidos políticos son Los Renegados
Hoy, aquí y allí, el partido es la nación.
Hoy 50 tractores son Los Agricultores
Hoy 200 estudiantes son Los Estudiantes
Hoy 500 maestros son La Comunidad Educativa
Hoy 15 colegios son Los Colegios
Hoy 2 millones de personas votando son Los Catalanes
Hoy 2 partidos políticos son Los Catalanes
Hoy 4 millones de abstenciones son Los Traidores
Hoy 5 partidos políticos son Los Renegados
Hoy, aquí y allí, el partido es la nación.
“¡¡¡Roma no paga a
traidores!!!”, gritó Mireia Boya. Mireia representa
a unos 5.000 catalanes y su partido a unos 300.000.
Dice Mireia que también me representa a mí, porque soy trabajador y catalán. Yo no se lo he pedido. Pero ella insiste, y dice que sí, que me representa.
Dice Mireia que también me representa a mí, porque soy trabajador y catalán. Yo no se lo he pedido. Pero ella insiste, y dice que sí, que me representa.
Tiempos de
sinécdoque, tiempos de silencio.
Aquí estoy,
Mireia Boya. Mírame bien a los ojos.
Cuando pierdas la memoria me plantaré frente a ti y te recordaré que un
día me señalaste y me amenazaste.
No sabes nada de mí, ni mi nombre, ni
el color de mis ojos, ni la ambición de mis ilusiones, ni mi compromiso con la
justicia y con los derechos humanos, con
los débiles frente a los poderosos.
Pero un día te subiste a una caja de
cervezas y gritaste frente a los tuyos que si yo no estaba contigo, traicionaba
a mi pueblo. Un dictamen sumarísimo.
Dime, ¿Quién eres, Mireia?
Tiempos de
sinécdoque.
Ya tienes tu sangre. Ya tienes tu patria.
Hoy ya puedes exhibir la represión de las bestias, hoy ya puedes decir con la
dignidad de las princesas ofendidas ¡Mirad! ¡Esta es la sangre de mi pueblo!
Tiempos de silencio.
Objetivo cumplido.
Tiempos de silencio.
Objetivo cumplido.
8 comentarios:
Sí.
¡Chssstt !
¡Te oyen !
Comparto su punto de vista... Excelente reflexion
Gracias amigo
Reconforta sentirse acompañado.
¡Salud!
Enhorabuena por este texto que proviene de las entrañas, de un triste día para todos.
Saludos
Un fuerte abrazo, amigo
Muy de acuerdo. Un abrazo
Un abrazo, Josanpero
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