Imagínate a la orilla del Mediterráneo, primavera de un día fresco de abril. El cielo, que de tan azul miente, apenas está moteado por unas cuantas nimbomeninas. Sopla el viento suficiente como para pensar en ponerte la chaqueta, pero no tan molesto como para hacerlo. El mar se acerca a la arena por costumbre, para certificar su presencia, con un leve rumor constante de eses sosegadas. La luz del sol no quema, ilumina las fachadas blancas, y las torna lámparas de cal y todo queda envueto de un fulgor amable que presagia el atardecer.
Tu estás en la terraza de un bar, sentado, después de comer, tomando tranquilamente un whisky, moviendo con el dedo pedacitos de hielo que flotan dormidos, dejándote llevar por el sopor, creyendo que los minutos van a pasar así, eternamente, entre el calor digestivo y la brisa que, quizás, sin tu saberlo, ya amenza viento y en unas horas se convertirá en la tormenta que descargará la furia de su lluvia sobre las mesas en las que charlan descuidadamente las personas, mientras más allá de donde alcanza la vista la galerna ya se ha apoderado del mar.
Tu estás en la terraza de un bar, sentado, después de comer, tomando tranquilamente un whisky, moviendo con el dedo pedacitos de hielo que flotan dormidos, dejándote llevar por el sopor, creyendo que los minutos van a pasar así, eternamente, entre el calor digestivo y la brisa que, quizás, sin tu saberlo, ya amenza viento y en unas horas se convertirá en la tormenta que descargará la furia de su lluvia sobre las mesas en las que charlan descuidadamente las personas, mientras más allá de donde alcanza la vista la galerna ya se ha apoderado del mar.
7 comentarios:
Creo yo que será una suerte si sólo es una tormenta. A lo peor tarda en escampar.
Parece el anuncio del chico Martini.LLeva gafas negras de sol?Espera a una chica? Saludos.
Esas tormentas capaces de inundarlo todo siempre causan desgracias.
Salud!
Saludos, amigo mío.
Paco
Con la memoria que me asite (y los años), nadie jamás en este país pensó que el estado de bienestar fuera algo tan frívolo como la tal cosa que ¿irónicamente? retratas.
El tal estado (de estar) era conseguir cierta proetección del Estado, una vez que éste regulase todo (contratos, aportaciones varias y demás tributos)y lo redistribuyese adecuadamente (valga decir, equitativamente). Es lo mínimo a que se podía aspirar en la incipiente democracia: homologarse a... ¿lo que era habitual? Sí, a menor abundamiento...
Yo siempre desconfié del llamativo desmantelamiento de la red social (territorial, tangible, accesible), pero...
tampoco sé muy bien cómo conectar conm lo que está pasando, salvo acercarme a la Plaza Cataluña cuando puedo (que en estos días es bastante, por cierto).
Kisses!
P.D. He sacado los 150 euros del cajero (que no 155) sin problemas. Me pregunto cómo ha ido la campaña.
Imagen tranquila y bucólica, pero......feliz? El bienestar es un estado, pero es un estado feliz?
Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.
Yo soy feliz cuando quiero lo que hago no cuando hago lo que quiero.
Y tú?
Un beso, NENA
Marsé contesta por mi, Nena:
"Suma tiempo y libertad para vivir intesamente cada palabra de los libros que lee"
De 'Caligrafía de los sueños'
Gracias a tod@s por vuestro interés y vuestros comentarios
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