jueves, 19 de noviembre de 2009

What I am now I owe to you


¡Por fin! Ya lo tengo. La dependienta me daba una bolsa y le he dicho que no. Quería llevarlo en las manos, percibir la tibieza del estucado blanco suave, nuevo, recien salido de la imprenta. Lo he llevado hasta el coche apoyado en el pecho; con la otra mano palpaba el lomo, la portada, el grosor y la textura del papel, y de vez en cuando lo ponía frente a mi y leía el nombre del autor en color rojo, y en negro el título, en Times New Roman, una tipografía clásica para un clásico. Ha habido un momento en que, al mirar la contrasolapa y leer las citas de las reseñas, casi embisto un puesto de quincallería, y al instante el dueño me ha increpado "¡Quiyo!, mira por donde andas, hombre, a ver si por leer vas a perder el norte"! Me he disculpado y después, mientras seguía caminando, me he estado riendo para mi mismo y por un momento creía que compartía la sonrisa con el escritor y que nos mirábamos cómplices repitiendo sin hablar la frase del quincallero.

Al llegar al coche no he podido resistirme y he abierto el libro. Me he sentido privilegiado por tener la primera edición y me he puesto a imaginar que dentro de unos siglos todavía tendré este ejemplar y que será como tener una joya. También he pensado que tengo que buscar como sea al autor, para que me lo dedique. He visto quién ha ilustrado la portada, y he sonreído de nuevo. He leído, una vez más, la trayectoria del novelista en la solapa: apabullante. Al ver su rostro alegre, sonriente, espontáneo sobre toda su obra resumida en medio folio, puede dar la sensación de que novelas como esta se hacen casi solas, casi sin escribir; que basta con ponerse a imaginar una buena historia y ya, y después a sonreir al fotógrafo. Pero el hecho de tener en las manos un objeto que contiene el trabajo en soledad de años, a veces doloroso, humilde, con momentos de gran desánimo, me conmueve, me produce cierta sensación irreal, como si me teletransportase en el espacio y en el tiempo y tuviese la convicción de estar en su estudio durante todo el tiempo en que escribió y pudiese observar, a un metro de él, su aspecto desaliñado, descuidado, machadiano, de buena persona que goza del arte, del conocimiento, de la cultura y de la creación honesta sin tiempo más que para la labor, como vió a sus mayores, del amanecer a la noche, en la huerta. Poder ver cómo se emociona, llora, desiste, de nuevo emerge y cómo, por fin, narra febril, día y noche, sin pausa, con la certeza de llegar al fin, tal y como quería. Y el último día, cuando ya clarea el cielo, ser testigo de cómo teclea la última letra y mira a través de la ventana el amanecer de Manhattan. Después se levantaría de la silla, desfallecido, entraría en la alcoba, sigiloso, en silencio y, con un beso de infinita ternura, la despertaría.

La dedicatoria es para Elvira Lindo, y dice así:

Para Elvira
What I am now I owe to you
(Ford Madox Ford. The Good Soldier)
He cerrado otra vez el libro, solo, en el coche, parado. He tardado en arrancar todavía unos minutos, fijos los ojos contra el cristal, y he decidido apropiarme de la cita. Para quién mejor que para Dolores. De quién mejor que de mi. ¡Qué hubiese sido de mi sin ella! ¡Qué del Romanticismo!

Vuelvo mañana
Con verdadera admiración y pasión por Antonio Muñoz Molina. ¡Salud, maestro!

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que romántico eres,lo tuyo raya en lo enfermizo. Olvídate de Dolores y búscate una lolita que te alegre la vida.Besos.

Anónimo dijo...

Este comentario te lo he puesto yo .La loli.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Alegre con el recuerdo y la presencia constante de Dolores, con la novela de Muñoz Molina, con mi Romanticismo (uno es lo que es, y viene de donde viene), con este blog y con sus visitantes. Debes saber, estimada bloguera, que los inmortales no enfermamos jamás, y que el Romanticismo no es un estado transitorio: es una forma de vida, una categoría, un modo de entender el mundo...

Belén dijo...

Compartiendo esa admiración que sientes por Muñoz Molina, y añadiendo también la mía por su Elvira Lindo (dios los cría...), ¿TODO lo que ahora eres se lo debes solo a Dolores? Me encanta. Salud y buen día Mariano. El mío será fantástico. Hoy iré a Castilla...

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

¡¡Qué hubiese sido de mi si no hubiese muerto por ella!! Ni Larra, ni romanticismo español, ni leyenda. Unos cuantos artículos, cuatros poemas mal rimados y un par de dramas mediocres. Todo se lo debo a ella.
¡Abrígate, que sopla el Norte y viene del fondo de la Laguna!
¡salud!

Anónimo dijo...

Loli, estás un poco "aperrada" con Mariano, ¿no?. Quizás debería buscarte un chat de esos que buscan rollo y dejar los blogs literarios. Eres un poco pesada!

Mariano, no te rias

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Je, je, pues si que me río, porque me hace gracia....
Aperrada. Hummm... ¿a qué me suena? Je, je

Anónimo dijo...

hola hablador. Cuelgo mi chaqueta en tu perchero y te felicito por el romanticismo.

Te comento que para mi MM es un autor de ida y vuelta. No me gustan demasiado los autores de "solo ida" (algún día me explicaré esto). MM es ida con El jinete polaco y vuelta con Invierno en Lisboa. Los separan 15 años en mi biografía. Los dos son recomendaciones, amigos que han pasado y me han dejado un libro. ¡Ya quisieramos muchos dejar al menos un libro en la biografía de alguien!

No comparto tu gran admiración por el autor, a pesar de haber disfrutado mucho los dos libros; pero me has traído una sonrisa gratis y quería compartirlo.

Un saludo de culturajos

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Muñoz Molina para mi paracer es uno de los grandes, de los pocos de los que se dirá algo dentro de un siglo, cuando ya nadie lea en papel. He leído toda su obra, y creo que sus estandartes son... me he puesto a nombrar obras y no me dejaba ninguna, bueno sí dejaría "el dueño del secreto", una novelita, que me da la sensación que fue de encargo.

Pero si hay algo que me gusta de AMM es su postura ética, su mirada 'republicana' ante la vida, ante la política, la cultura, la sociedad en general. Su independencia y coherencia son proverbiales. Da la sensación de ser uno de aquellos intelectuales de entre guerras procedentes de la Residencia de Estudiantes. En fin , que daría esta, mi segunda vida, por tomarme un café con él.

¡Salud Culturajos!

Anónimo dijo...

Me parecen muy buenos MM y EL y también decirle al anónimo que aperrada viene de perro y seguramente y es más perro o PERRA el anónimo que yo.Por otra parte con tu respuesta al anónimo Mariano José,ya he entendido porqué te dejó Dolores.Fin del misterio. Loli. Salud.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Loli, bye, bye. Te borro ¡hasta nunca!

Anónimo dijo...

Por los siglos de los siglos Amén.Loli.

Anónimo dijo...

Señor Hablador,
reconozco ante ti mi ignorancia. No he seguido la obra de MM hasta el punto que tú me refieres, pero te agradezco tus efusivas palabras que me hacen buscar un tiempo para leerlo. Seguro que merece la pena, sin conocernos te puedo decir que aprecio tus palabras y tu gusto por lo cultural.

En cuanto a el "tema extraño". Qué pena tener que leer estas cosas en tu blog.

Salud para todos y gracias por todo

culturajos

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Culturajos, sobre ignorantes aquí tienes al campeón

Y gracias por el capote. ¡Infinitas!

¡Salud!
José Luis

Eastriver dijo...

Ay!!!!!! No estamos del todo de acuerdo. Me gusta cómo lo cuentas, eso sí. Ese arrebato es extraordinario. Un abrazo.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Un abrazo para ti también Eastriver

Anónimo dijo...

Creo que lo que que has dicho no era de broma. No me van los malos rollos,te pido perdón por lo que te haya dicho que te ha sentado mal, un beso.Loli.

Eastriver dijo...

Estaba esta noche tomando una copa en el Salambó de la calle Torrijos y de repente veo aparecer un sombrero habitado. ¿Eras tu? Vamos, no te conozco, pero por la foto de la entrada me ha dado el pálpito. Ya me dirás. Saludos.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Eastriver, hace años que no frecuento Gracia. Al Salambó entré hace una friolera. Me tomé una copa y salí corriendo. Antes, hace años, también, iba al Verdi; después de la peli me tomaba una cervecita en el café de la Virreyna y tan contento para casa.

Ahora para ir al cine me quedo en provincias. (cinturón metropolitano). Tengo así la sensación de realidad. La que vivo todos los días, en la que ha crecido mi segunda vida. No sé si me explico...
¡Salud Ramon. Un abrazo!

Anónimo dijo...

Ya estoy harta de tanto listillo y de tanto romanticismo de café frío...

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me encanta cómo describes la sensación de emoción al adquirir un libro de alguien a quien admiramos. Y no me meto en trifulcas literarias, que no me gustan.
Por cierto, a tu admirado Muñoz Molina me lo topé un día de invierno en Madrid. Por la acera del Círculo de Bellas Artes. Sería sobre finales de los ochenta, no recuerdo muy bien. El hombre iba paseando, abstraído. Es más bien bajito, aunque no en exceso. Por supuesto, con su bigotazo. Y debe de ser despistado, porque llevaba unas zapatillas. De esas de felpa, a cuadros. Se le olvidaría ponerse los zapatos para salir de casa. Porque lucía casero: chaqueta desgastada, pantalones holgados y las zapatillas. No lo paré. ¡Faltaría más!. Me da vergüenza asaltar a alguien a quien no he sido presentada. Aunque te aseguro que el corazón me dió un brinco.
Me gustó ese aire ausente que arrastraba.
En otro orden de ideas, de momento he leído poco de todo lo que tienes. Pero lo suficiente, así que a seguirte.
Un saludo

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Gracias Isabel . Yo también voy a frecuentar tu blog.
¡Qué afortunada eres de haberlo visto! Tal y como lo descibes es como me lo imagino. Desde que leí el primer libro de AMM pensé: con el autor de una novela así yo me tomaría una café. Después seguía todos sus artículos de los miércoles en El Pais, y cada vez que publica una nueva novela, para mi es un acontecimiento. La verdad, si me lo encontrase haría como tu, me quedaría callado y lo miraría disimuladamente.
¡Salud Isabel!

Isabel Martínez Barquero dijo...

Josu, josu. Pero que bien escribes. He estado leyendo varias entradas tuyas y busta, busta.
Sí, señor, un Larra resucitado. Un buen narrador.
Seguiré leyéndote. Tu blog es grande y, como con lo libros que me gustan, voy a dosificarte para saborear mejor tu escritura.
¡Salud!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Me alegro mucho de que te guste Isabel. Eres muy amable
¡Salud!

Anónimo dijo...

Este texto me ha hecho recordar tiempo atrás, cuando leía cualquier cosa de Muñoz Molina que caía en mis manos y además creía reconocer a un gran escritor. De todos ellos, guardo especial recuerdo de su libro de relatos "Nada del otro mundo" (sería por la modestia del título). Reconozco mi infidelidad posterior( eso que me he perdido),aunque hace un par de meses estuve en su cama, deleitándome y llorando de risa con Elvira y su Manolito. Supongo que sabrá perdonarme.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Uf! Serle infiel con su santa no creo que le haga mucha gracia. O quizá si, al estilo de "Emanuelle", ya sabes, aquella mujer a la que el marido animaba para realizar las fantasías que con él no podía hacer realidad
Ese libro de cuentos del que hablas no lo tenía fichado. Tengo que encontrarlo. Espero que esté todavía en catálogo
¡Salud y gracias por el comentario!

Carlos dijo...

El libro que te comento lo publicó Espasa Calpe en 1993 y es una recopilación de doce relatos que había ido escribiendo en varias publicaciones y en diversas épocas. Supongo que no se reeditó pero te animo a buscarlo.
Lo cierto es que su querida mujer me dejo buen sabor de boca y estoy dispuesto a repetir.
Por un error digital(de dedo claro) salí como anónimo,pero vuelvo a enseñar mi nombre. Un saludo compañero.

El Pobrecito Hablador del Siglo XX dijo...

!Gracias Carlos!. Lo buscaré, te lo aseguro. He estado toda la mañana recorriendo el ambiente de Madrid preguerra de la mano del maestro. Ya tengo ganas de que se me pase el sopor de la estupenda postcomida dominguera para saber más, deleitarme con los adjetivos de Antonio (...ya, como si fuese de la familia...)
¡Salud!

Anónimo dijo...

que significa "What I am now I owe to you"??

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Todo lo que soy te lo debo a ti (más o menos)