He vuelto a ver, por última vez, al penitente:
Harto de arrastar su culpa, decidió rematar el ágape con un licor que bebió deleitado. Mientras gozaba del sabor del último trago se le abalanzó, oportuna, la memoria completa de su dulce vida en pecado y, al evocar la historia rebelde de sus placeres, no pudo reprimir la sonrisa a la que se enfrentó el único médico que había en la sala, quien no hizo más que certificar -con gesto profesional de conmiseración previsible- la muerte del viejo obeso en el morboso centro del círculo humano.
Harto de arrastar su culpa, decidió rematar el ágape con un licor que bebió deleitado. Mientras gozaba del sabor del último trago se le abalanzó, oportuna, la memoria completa de su dulce vida en pecado y, al evocar la historia rebelde de sus placeres, no pudo reprimir la sonrisa a la que se enfrentó el único médico que había en la sala, quien no hizo más que certificar -con gesto profesional de conmiseración previsible- la muerte del viejo obeso en el morboso centro del círculo humano.
4 comentarios:
Requiescat in pace.
La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo.(Epicuro de Samos)
Y que me quiten lo "bailao"!
Un abrazo NENA
Lo has 'clavao', Nena
Un abrazo, Joeller
Siempre el "morboso centro del círculo humano", ¿verdad?
Salud!
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