Así que en eso estábamos, en que la lectura, inmisericorde pérdida de tiempo, es uno de los peligros de la literatura. Al final de tus días te mueres y no tienes más que un par de miles de novelas sobre los ojos y las estanterías, las gafas abandonadas de lector cansado sobre la mesa y el recuerdo para los tuyos de soñador empedernido, en el mejor de los casos, o de medio loco, esquivo y esquizo en las más de las veces. A lo sumo, por ser benevolente, el lector se lleva al otro mundo algunas decenas de mundos e historias extraordinarias atesoradas y 40 ó 50 palabras más en el patrimonio léxico personal que la media de mortales.
Siempre cabalgando, muerto, despierto, vivo, dormido; causa de risas y objeto de insultos, desprecios e incomprensiones. No será para tanto, pero un lector muerto es un lector muerto, lo mismo, igual, exacto a un hombre muerto, que es lo que yo soy, pero con segunda oportunidad, la cual aprovecho para lanzar un aviso a los cuatro vientos: lean si quieren, ejerzan, pero deben saber (se lo recuerdo de nuevo) que no les va a servir para nada. Para confirmar mi afirmación tan solo es necesario quen lean. Los positivistas de turno me darán la razón si antes leen, aunque sea un poco. Lean y comprueben como después de finalizar la primera novela no ocurre absolutamente nada.
Para terminar esta (también) inútil proclama, deshechen todo manual, libro, decálogo que aconseje o promueva la lectura. En contra de lo que se pueda pensar, estos libritos suelen ser efectivos ya que quien los lee suele ser es, frecuentemente, un ávido lector y los utiliza para llenar su saco de argumentos con los que afirmarse en su estatus de lector. Estos libros, en realidad, son espejos a los que algunos insensatos se les ocurre girar hacia el sol para llamar la atención y lo que consiguen es cegar a medio pueblo y cabrear al personal,. que acaba por linchar a todo impreso de papel con letras en una hoguera espontánea al más puro estilo "Farnheit 471", lo cual, bien pensado, no estaría nada mal.
Vuelvo mañana
lunes, 24 de septiembre de 2007
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