lunes, 20 de septiembre de 2021

Carta abierta a Belinda Peñalba, Excelentísima Alcaldesa de San Leonardo

 


Excelentísima alcaldesa

Me resulta muy grato saludarla. Tiene usted la fortuna de gobernar un  hermoso pueblo soriano y  trabajar por el bienestar de sus 2.200vecinos y visitantes, que disfrutan de sus interesantes atractivos, entre los que destaca la proximidad del célebre Cañón de Rio Lobo, hermosos pinares, su riqueza micológica y un aire limpio y fresco que rebosa fraganacias de bosque y de monte.

Yo también tengo la fortuna de pasar cada año por San Leonardo. Al circular por su travesía me alegra el corazón constatar que ya me restan pocos kilómetros para llegar a mi destino y que podré disfrutar durante unos días de aquellas tierras y sus gentes, tan queridas para mí.

Sin embargo, cuando leo el nombre en el rótulo oficial que anuncia al conductor la llegada o la salida de su término municipal, me asalta  el dolor y una amarga sensación de indignación. Lo mismo me ocurre cuando veo la fachada del Teatro Municipal de San Leonardo o al  informarme sobre los atractivos de su municipio en su página web. En todos estos casos, el nombre de su pueblo se escribe encadenado al de un asesino confeso, cómplice de tiranos, golpista y antidemócrata.

Como usted y los vecinos de su pueblo saben, se trata del General Juan Yagüe Blanco, más conocido como El Carnicero de Badajoz, nacido en San Leonardo en 1891 y fallecido en 1951, año en el que el ayuntamiento franquista decidió vincular su topónimo al del tristemente célebre fascista.

Yagüe conspiró contra el gobierno legítimo de la II República desde que ésta se proclamó. De hecho, participó en el golpe de estado del 17 y 18 de julio de 1936, y una vez iniciada la Guerra Civil, dirigió  la “Columna Madrid” que partiría desde Sevilla para ocupar la provincia de Badajoz. Tras la guerra fue ministro con Franco y ejerció  diferentes cargos durante la dictadura.

Según documentan algunos testigos de la matanza de Badajoz liderada por Yagüe, durante días se pudo ver una columna de humo que emergía constantemente desde la ciudad extremeña, fruto de los miles de cadáveres en combustión asesinados. Tanto era así que, tal y como relató el periodista portugués Mario Neves, “Hace diez horas que la hoguera arde. Un olor horrible nos penetra en la nariz a tal punto que casi nos revuelve el estómago.” Según un testimonio directo de los hechos, recogido por el historiador Francisco Espinosa, “Estuvieron recogiendo cadáveres tres días y para hacer menos viajes en los camiones los colocaban de pie.”

Según las estimaciones recientes, entre el 14 y 15 de agosto de 1936 el genocida Yagüe acabó con la vida de más de 4.000 hombres y mujeres, lo que supuso un 10% de los habitantes de la ciudad de  Badajoz.

No voy a abundar en más detalles, porque estoy convencido de que conoce mucho mejor que yo las tropelías del general que ensucia su pueblo y la memoria de quienes defendieron la democracia con la iniquidad de sus crímenes y con su apellido.  Sin embargo, me gustaría aprovechar que me he decidido a escribirle  para aclarar algunas dudas. Usted se presentó a las última elecciones municipales encabezando la lista electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), un partido de orígenes republicanos y de  indudable trayectoria democrática,  el partido que aprobó y que impulsó la ley 25/2007 del 26 de diciembre conocida como ley  de Memoria Histórica.

Entre su articulado, la ley dispone de  medidas para evitar actos de exaltación o enaltecimiento del alzamiento militar, la Guerra Civil o el régimen dictatorial, Igualmente establece la revocación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales, de condecoraciones y recompensas o títulos nobiliarios, que hayan sido concedidos o supongan la exaltación de la Guerra Civil y la Dictadura.

La ley, en su título IV, incorpora un régimen sancionador regulador de las infracciones y sanciones, en garantía del cumplimiento de los preceptos de la ley, en defensa de las víctimas y de la dignidad de los principios y valores constitucionales en el espacio público, para lo cual, establece multas que van desde los 200 euros para las infracciones más leves hasta los 150.000 euros para las muy graves.

Y aquí es donde le formulo mis dudas. ¿Qué le impide eliminar del nombre de su pueblo el apellido de un golpista?¿Le han pedido los militantes del PSOE, los vecinos demócratas de San Leonardo o los militantes de los partidos políticos que han condenado el golpe de Estado de 1936 que elimine a Yagüe de la oficialidad de San Leonardo? ¿Cree que como alcaldesa electa debe cumplir con la legalidad vigente? ¿Entendería usted que el pueblo natal del ministro nazi de propaganda se llamase Reyhdt de Goebbles?

Le agradezco mucho la atención que me ha prestado leyendo mi carta. Estoy a su disposición para cualquier cuestión que tenga a bien preguntarme  en esta dirección de correo electrónico, no si antes insistir, casi suplicando que, por favor, eliminen de una vez por todas al Carnicero de Badajoz del nombre de su Hermoso pueblo. Muchas gracias por su tiempo.

(Me permito ilustrar mi carta con una fotografía en la que puede ver a Adolf Hitler saludando muy efusivamente al general Yagüe)

Saludos cordiales

elpobrecitohabladordelsigloxxi@gmail.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En Burgos se dice: "Esto tiene mas que ver que la entrada a Huelgas" (Tu no necesitas explicación). Pues bien,a la retirada del oprobioso apellido a ese pueblito pinariego, se le puede aplicar el dicho. Hay sanleonardinos de izquierdas en todas sus facetas, excepto a la hora de renunciar al apellido de su pueblo. Cuando les preguntas por ello, primero rehuyen la conversación y al fin vienen a decir que ese apellido honra al personaje que hizo escuelas, viviendas muy dignas para todo el que no la tenía, caminos carreteras, etc. y que eso hay que separarlo(como si se pudiera) del asesino fascista. Cada vez lo ponen peor. Ahora llaman Teatro Juan Yagüe a lo que antes se llamaba "El hogar del productor" que aunque tenía un origen falangista, a mi me sonaba mucho mejor, si no lo unías al nombre del nefasto general. En definitiva que yo hacía lo que ellos, no ligar el nombre del asesino con el del centro que regaló a su pueblo.
¿Como quitar el apellido al pueblo en contra de la opinión de la inmensa mayoría de los vecinos (incluso de muchos de los que te han votado)?. Este es el problema de Belinda. Así que, mucho me temo que o puede esgrimir una sentencia u orden de cualquier superioridad que la ampare frente a sus vecinos o seguirás viendo al año que viene el mismo cartel.
Tenemos que tener en cuenta que el monumento lo tuvieron que retirar de madrugada y por sorpresa, para evitar conflictos con los vecinos.
Con este asunto pasa como con Cataluña. ¿Tiene que acordarse por mayoría de los vecinos del pueblo o debe ser impuesto por la aplicación de la Ley aprobada por quienes fueron elegidos por la mayoría de todos los españoles? Si hacen un referendum vinculante entre los vecinos del pueblo, tenemos Yagüe para rato.
Gracias por sacar a la luz asuntos de apariencia secundaria pero que dicen mucho de todos nosotros.
J.C.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Te agradezco mucho la explicación y la información con la que complementas mi carta.
Con esos mimbres, dificilmente podrá el PSOE legitimarse o postularse como campeón de la Memoria Histórica. Cada vez que se les oiga decir algo al respecto deberíamos de recordarle al Carnicero de Badajoz y la aquiesciencia de su partido frente a la actitud del pueblo que conserva su funesto apellido.

No puedo entenderlo, de verdad. Esa especie de servilismo histórico, de agradecimiento eterno del pueblo de San Leonardo hacia un asesino golpista, genocida, por el hecho de haber construido una escuela y unas docenas de casas, que recuerda a aquellos pobres y mujeres que agachaban la testuz ante el señorito cacique porque les daba cuatro migas.

Aunque, quizas, en realidad el tema va mucho más allá. Se trata de la dignidad de las personas, del amor propio, y también de la perpetuación a través de las décadas de una serie de valores antidemocráticos que se transmiten generación tras generación según los cuales se marca a fuego en la piel de las gentes que aquéllos crímenes que se cometieron eran necesarios.

Sí, habría que hacer cumplir la ley, rotundamente, porque si no es así, el estado de derecho deja de tener sentido y la voluntad popular expresada a través de los legisladores sería un cuento chino.

En fin... aquí lo dejo
Un fuerte abrazo, J.C.
¡Salud!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

¿Qué precio tiene una escuela y 24 casas? ¿4000 muertos? ¿40 años de dictadura y miseria?¿Una guerra sangrienta? ¿Una represión feroz?

D.F. dijo...

Conozco bien el pueblo y conozco a muchos de sus habitantes, te comprendo a ti y les comprendo a ellos. Yagüe ya no es el nombre de una persona, ha pasado a ser un topónimo más y a ellos les gusta y les gusta sin más connotaciones, que ni conocen en muchos casos, ni les importan. Tu lo ves como un personaje histórico que fusilo en masa.
Si pasásemos el colador de la Historia la mitad de los nombres de calles, monumentos y obras publicas están hechas por gente que gano guerras, civiles o no, pero todas sangrientas y en todas se cometieron atrocidades.
Yo la verdad, es que ya no se que pensar de todo esto...esta tan manoseado por los "junos" y los "jotros".

Un saludo.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Lo siento pero estoy totalmente en desacuerdo con lo que dices
Yagüe fue quien fue: el carnicero de Badajoz. Asesinó sumariamente a tantas personas que con el número de víctimas que dejó en su carrera de genocida se podrían fundar tres San Leonardos.No se le puede ver de otro modo.

Y si a los sanelonardinos les gusta, sin más connotaciones, lo único que signifca es que los muertos de Yagüe y sus tropelías les traen al pairo; que les trae al pairo los valores democráticos; que les trae al pairo las personas que se dejaron la vida defiendo la legalidad constitucional.

A partir de ahí, no soy yo quien busque los calificativos para describir a una comunidad que gusta de vincularse al apellido de un nazi y obvia el reguero de dolor, muerte, torura y destrucción que dejó tras su vida. Y menos, a la sección local del PSOE, que conculca una ley imupulsada por su propio partido y traiciona con sus silencio y su aquiesciencia sus valores.

Estoy convencido de que no hay leonardino o leonardina que no conozca la historia de este monstruo.

No hay excusas, Daniel. No podemos consentir algo así. ES indecente e indigno de una sociedad que se llama civilizada, pacífica y democrática.

Y en cuanto a tu último comentario, te reto a que en Alemania encuentres una plaza, un monumento, un pueblo, una calle dedicada a un nazi. Te diré más. Te reto a que encuentres en cualquier país democrático el nommbre de un genocida, fascista, nazi, o asesino de masas en algún lugar público.

Yagüe no fue alguien que tan sólo hizo una guerra porque era militar y le tocaba. Yagüe fue un conspirador de primera hora contra la República y su Constitución y, a la postre, un golpista que se levantó en armas contra la sobernía popular y gobernó junto a un tirano. Pero además fue un genocida que asesinó y torturó indiscriminadamente a quienes defendieron la legalidad vigente.

¡Salud!