jueves, 18 de abril de 2013

Algunas explicaciones a mi infantilismo



La Editorial Anagrama ha publicado en un solo volumen la obra de Luis Goytisolo “Antagonía”. Mi Ignorancia no  la conocía. La encontré hace un par de semanas en La llar del Llibre. O mejor dicho, me encontró ella a mí porque, entre estanterías repletas de libros famélicos, la superficie de su lomo destaca desde lejos: se distingue igual que a un oso entre pingüinos. El título me sedujo. Hermosa palabra.


Hojeé en pie, como judío frente al muro, el prólogo estupendo de Ignacio Echevarría y decidí  hacerme con el volumen. He tenido que cambiar de cartera, porque no me cabe dentro de la que utilizo habitualmente.


“Antagonía” es una inmensa novela compuesta por cuatro. Su lectura requiere la máxima disposición de ánimo y de actitud, digamos, proactiva, para con la literatura. Terminé la primera de ellas, “Recuento” (1973) hará un par de semanas. Inmediatamente después  compré y leí “En la orilla”, de Rafael Chirbes, y aunque distan entre ellas la friolera de 40 años, las dos hablan de lo mismo, la decadencia, la corrupción física y moral, la vejez, la mentira, el examen de conciencia final, la memoria reciente y algo más lejana… lo peorcito de lo que somos capaces de hacer. 

Hace un par de días que he empezado a leer la segunda de las novelas que forman “Antagonía”. Se titula “Los verdes de mayo hasta el mar “. Ésta apareció en las librerías en el año 1976. Insisto, 1976. En 1979 se publicó la tercera, “La cólera de Aquiles” y en 1981 “Teoría del conocimiento”, la cuarta y última.

Esta misma mañana, a primera hora, abría mucho los ojos leyendo las siguientes  líneas  de “Los verdes de mayo hasta el mar”,  escrita (recuerdo de nuevo) recién muerto Franco: 

“Contaminación española a todos los niveles, servilismo, rapiñería, trapacería, corruptela, prostitución esencial”.

“La codicia convertida en norma de conducta y la comisión o porcentaje en modelo de relación humana, rasgos imputables no tanto a elementos foráneos cuanto a lo específicamente catalán: falta de la convicción o el  interés necesario para anteponer a la conciencia del pueblo oprimido cualquier otra consideración. […] Ellos, ellos que eran por este orden: catalanescos, progresistas, populistas, timoratos, tímidos, reprimidos, oprimidos, traicionados no sólo en sus sentimientos sino también en su dignidad.[…] Uno de esos catalanes que uno creía anglosajones por su extremada afición a los productos derivados del cerdo, afición que llega incluso a hacerles semejantes a un big pig en su aspecto físico […] promotores, comisionistas, instaladores, vendedores, especuladores, cada uno con su puñado, con su pellizco, con su bocado, con su tajada, pisando fuerte cuando conviene, saltando a los ojos cuando conviene, dando por el culo cuando conviene, relaciones públicas, relaciones humanas, antropofagia cropomórfica,  lo que se dice una verdadera merienda, sondeos, captaciones, mediciones, pie tras pie, palmo a palmo, responsables, solidarios, y colectivos de la conversión de un país –Catalunya- en una forma de vida, terreno ganado por el mal gusto opulento y la próspera grosería, consecuencia de la ascensión social y económica del pequeñoburgués a la vez que de la extensión de la propiedad horizontal”.

"La Europa de hoy, esa empresa con más pasado que presente y más presente que futuro, una Europa más unida y débil  […] descivilizadora, exterminadora, atomizadora, roedora y raedura, convirtiendo países en explotaciones, culturas en antigüedades, razas en productos, pueblos en mercados, mágico cambalache, genio del cristianismo,  vasto despliegue de cruces y cañones […] una Europa repentinamente aterrada, culpablemente acomplejada ante ese mundo hecho a su imagen y semejanza, temiendo por encima de todo recibir un trato recíproco, el mismo trato que ha dado, la droga asiática, la verga africana” 

Después de la profunda y traumática  sensación de deja vu que uno experimenta al leer éstas líneas, recuerdo una vez más la fecha en la que se escribieron: 1976.

Ahora ya sé por qué vivo, día a día,  con la certeza y el peso de no haber crecido.

5 comentarios:

Ana Rodríguez Fischer dijo...

Muy especialmente "Antagonía", y también "Los verdes de mayo" son espléndidas... Luego deace algo más, ya metido LG en territorio psicoanalíticosexual ¡Ay, si hubieras estudiado novela contemporánea conmigo!
Saludos asturianos!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Ya te he comentado a veces el programa tan surrealista y "curioso" que nos deparó a los de mi promoción la facultad. Pero en fin, busquemos el lado positivo de las cosas, y ese es, precisamente, las sorpresas agradables que deparan los riesgos a los que la ignorancia nos obliga, como el de comprar semejante volumen sin conocer nada al respecto.
¡Vaya joya! Por cierto, la censura estaría ya de capa caída porque hay escenas que no sé si hoy en día hay muchos autores que se atreverían a escribir
¡Salud!

HOSTAL MI LOLI dijo...

Poco avanzamos los españoles en cuestión de ética personal, parece que nos hemos quedado en la picaresca de siempre. Estupenda entrada. Abrazos.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Somos una cuadrilla de chorizos, todos, de listillos, cada cual según sus posibilidades y sus circunstancias... y nada va a cambiar
¡Salud Loli!

Ana Rodríguez Fischer dijo...

No me consta que hubiera problemas especiales con la censura en esa novela que... Luis Gpytisolo empezó a escribir en un rollo de papel higiénico (supongo que marca Elefante) en la cárcel Modelo de BCN. Kisses!