Lukas és mi héroe, es el hombre en quien siempre deseé convertirme. Lukas es alto, fornido, musculoso y luce siempre una barba de tres días que se rasura cuidadosamente cada mañana para parecer que nunca se afeita. De hecho, cualquiera al verle podría imaginar que cuando se corta la barba lo hace con navaja jamonera, como las que utilizaba el malo de "El Virginiano".
A Lukas le gusta leer a Nietzchse, y al Comte Arnau, por eso es Hombre sobre Hombre. Lukas es como el capitán Alatriste, pero sin deslices amorosos. Es un hombre sin piedad, personaje de Leone, o mejor, lo que Eastwood siempre quiso ser y nunca consiguió con Harry el Sucio.
Ya veo que con Lukas he pisado mierda para siempre, y que nunca tendré el beneplácito de su dedo pulgar levantado hacia arriba, justo antes de accionar la palanca de arranque de su Harley, antes de bajar la bisera de su casco negro y de dejar la huella del derrape de su vida en el asfalto. Qué le vamos a hacer. Uno es como es como es, hace dos siglos y ahora. Lo virtual no me ha cambiado.
Y más. Creo que Lukas no tiene hijos. Eso, siendo Lukas quien dice ser, no acabo de concluir si es bueno o es malo.
Vuelvo mañana
miércoles, 27 de junio de 2007
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