miércoles, 11 de marzo de 2020

Inventario de antimetáforas


El mar es la vida. Óxido en los cabellos. Carbón en los labios. Alquitrán en la mirada. Valentía de avestruz. Banquero de Cristo. Hércules enhebrando una aguja. El Papa. Las banderas.  Lágrimas de monja. Rojo que te quiero rojo. Borges empuñando  una navaja. Un ciprés en el patio de un colegio. La muerte son los ríos. La meta es el camino. El viaje es el tiempo. El tiempo es el sueño. Los sueños. Michelle  Pfeiffer mordiendo el cuello de Christopher Lee. Diamantes de orina. La oveja balando a medianoche. El lobo aullando bajo un sol de justicia. Nieve sin sangre. La cruz. La paloma de Picasso. El Guernica de Picasso. Versos a la venta. El puño alzado de un político. Un caballo estabulado. El canto enjaulado.  La horca sumergida. La huella en la Luna. Caperucita sin abuela. La rosa.  Eva sin manzana. “El origen del mundo”. Un plátano pelado. Los tres monosabios mancos. La cobardía torera. Adán sólo. La masturbación de Adán. Cualquier escultura de Miguel Ángel. Las patatas bravas.  Cualquier escultura de Miguel Ángel, excepto los cuatro  esclavos. La cárcel.  En general, el arte religioso. Un tiburón con complejo de  delfín.  El pene de Rocco Sigfredi. Una Harley en un semáforo. El ojo hueco de Millán Astray. Los números, especialmente el diez. La ópera. Pompeya. Cualquier himno nacional. El Valle de los Caídos.  La publicidad sincera. La luz de un fluorescente. Una prostituta y su cliente coincidiendo en la caja del Mercadona.  Cualquier cosa o ser vivo bajo la luz de un fluorescente. Un anciano en cama hospitalaria. Los Juegos Olímpicos, y en general, los deportistas profesionales.  La lechuza analfabeta. El león vasallo. “El cordero carnívoro”. El perro infiel. Larra viejo. La margarita indubitable. Sócrates absuelto. Aquiles leyendo. La siesta de Mr.Hyde. Las Meninas feministas. Un loco. El telediario. El zoológico.  Un diccionario sin palabras. El silencio, el más absoluto de los silencios. Un pentagrama, solamente un pentagrama. La Catedral de Burgos. Ortega Smith. De hecho, todas y cada una de las catedrales. Alfonsina Storni tomando el sol en la playa. El Che en un despacho. Xavi pidiendo llibertat desde Qatar. La monarquía. Un abogado con toga. Un obrero en el casino. Las metamorfosis de Zeus. Cualquier subsecretario. Una entrevista de trabajo. Un libro retractilado. Ratas sin flautista. Vargas Llosa jugando a la Play. Aznar arrodillado frente a un confesionario. Aznar y Ana Botella haciendo el amor una noche de invierno. Un obispo pidiendo perdón. Yoko Ono, Isabel Pantoja y Olvido Gara, juntas,  de vinos en los bares del Tubo. La momia desnuda. Un niño maleducado. Y déjame que te diga  que soy yo sin decir tu nombre  la más grande antimetáfora que vaga sin norte por los caminos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te superas día a día.
"El origen del mundo" ha sido una de las pinturas que mas me han impresionado desde siempre. Yo no sabía por que, hasta que has venido tu a decírmelo. Lo he visto claro: Es una auténtica antimetáfora.
Que decir de "Una Harley en un semáforo". Simplemente genial.
Lo de "cualquier himno nacional" no necesita ni comentario.
Cada vez que me he puesto la toga y ya son miles de veces, he sentido esa sensación de ridículo que viene dada por la antimetáfora. ¡Muy buena. Si señor!
Y ya el colofón:
¿Como imaginar a la Storni "esclafada" (en lengua murciana) en una toalla, rodeada de caliente arena, en una playa levantina?
Ha sido un placer leerte.
J.C.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Gracias JC.
¡Salud!