y habitó entre nosotros.
Harto de tanta humildad, harto de la mismísima eternidad, huérfano de ombligo al qué mirar, aquí me teneis, fruto de una extraña mezcla romántica y postmoderna.
Al fin y al cabo fuimos nosotros los que inventamos al "artista", los que le salvamos de las garras de reyes y mecenas.
Ni dios, ni estado, ni patrón; ni agente, ni editor ni lector. No pacto. Yo soy yo, así, de la manera en que ahora me veis, por los siglos de los siglos.
Manuel Alberca: ¡¡ va por ti !!
Vuelvo mañana
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